Las muelas del juicio son una terrible fuente de quebraderos de cabeza, bien cuando están saliendo o bien cuando ha llegado el momento de extraerlas. En un altísimo porcentaje, los pacientes acaban sometiéndose a algún tratamiento de las muelas del juicio más conservador o por cirugía, mientras que en un porcentaje menor, esto no ocurre, pero no porque no den la lata. La razón es que un 10% de la población carece de muelas del juicio o tercer molar.
Actualmente las muelas del juicio no tienen una función real en nuestra boca y su ausencia es signo de evolución de la especie humana. Si bien, para nuestros antepasados los terceros molares eran útiles para masticar los alimentos más duros, acoplándose al resto de la dentadura en maxilares mucho más grandes que los que tenemos hoy en día. Gracias a la evolución, el tamaño maxilar ha disminuido, mientras que el número de dientes y muelas se ha mantenido. Este es uno de los motivos por los que el nacimiento de las muelas del juicio a la edad adulta genera muchos problemas, ya que estas apenas cuentan con espacio para desarrollarse.
Los síntomas más habituales que pueden presentarse y por lo que los pacientes se someten a un tratamiento de las muelas del juicio son propios de la encía. Nos referimos, por ejemplo, a hinchazón, enrojecimiento e hipersensibilidad de la parte de la encía que rodea a la muela del juicio. Además, existen otros síntomas más graves y molestos como dolor de la articulación temporo-mandibular al abrir y cerrar la boca y dolor focalizado en la pieza dental. Si el dolor está muy localizado y es muy agudo, es necesario acudir al dentista para su valoración y propuesta de un tratamiento dental. Dado que es un dolor que se puede presentar por ciclos incluso durante años, al paciente le cuesta acudir a consulta porque cree que cuando cesa el dolor, el problema del molar no es tan grave como pareciera, eludiendo la visita al odontólogo por miedo.
Se entiende por muela impactada aquella muela del juicio que se bloquea o enquista previamente o durante su erupción. El impacto que da lugar a su nombre es el que se origina al intentar salir del hueso maxilar, lo cual es imposible por falta de espacio. En este caso, la extracción es inevitable e inminente, ya que puede producir diferentes problemas o incluso patologías bucales en el paciente. de las muelas del juicio
1.- Infección de la encía e incluso del hueso: La muela ejerce una fuerza desde una posición no adecuada que conlleva inflamación secundaria y progresiva en las encías de su alrededor y hueso de sustento. Lo más peligroso es la presencia de infección ósea, ya que se puede extender a cuello, cara y oído.
2.- Aparición de una caries propia o en dientes adyacentes: La ubicación de las muelas del juicio es compleja tanto por accesibilidad como por espacio para tener una higiene bucodental adecuada en esa zona. Por ello, la presencia de bacterias cerca de las muelas del juicio es muy habitual, lo cual desemboca en aparición de caries.
3.- Impactación dental por falta de espacio: pueden producirse tanto inflamación y dolor del diente adyacente como incluso movilidad del mismo y desalineación de la dentadura. tratamiento de las muelas del juicio
4.- Pulpitis o inflamación del diente provocada por una caries muy profunda: en los casos en los que se han eludido síntomas leves de evidencia de caries, esta ha ido contaminando más tejido dentario hasta alcanzar el nervio, propiciando una inflamación que realmente es muy dolorosa.
5.- Abscesos y ulceraciones, quistes foliculares y dolores frecuente de cabeza, mandíbula, oído.
Aunque existen tratamientos conservadores caseros que puedes realizar de manera relativamente sencilla, lamentablemente la única solución definitiva para que una muela del juicio deje de dar problemas es la extracción quirúrgica. Los remedios que puedes aplicarte en casa como la ingesta de analgésicos, antiinflamatorios o el enjuague con agua y sal pueden ayudar a bajar la inflamación de la zona y reducir el dolor, pero no eliminarán la causa de tus problemas.
Por ello, lo mejor y más eficaz es que ante la presencia de cualquier mínimo síntoma acudas a la consulta del dentista para que pueda valorar el estado de crecimiento de tu muela del juicio, su posición y posibles alteraciones secundarias de las que es responsable. No hay nada de negativo en extraer las muelas del juicio, ya que no tienen función de masticación y tienen a desaparecer a lo largo de diversas generaciones. Al contrario, su extracción erradicará el dolor, en primer lugar, y posibles inflamaciones, infecciones y otros problemas anexos posteriores. Si tienes dudas, consúltanos.