Las muelas del juicio se presentan como una gran pesadilla para muchas personas. Afortunadamente, la extracción de las muelas del juicio en Clínica dental de Terrassa es simplemente un trámite que no presenta complicaciones ni problemas graves en el paciente.
No obstante, para garantizar un proceso más indoloro y cómodo para el paciente es importante, no obstante, realizar un buen cuidado antes, durante y después de la intervención.
Las muelas del juicio son los terceros molares y representan en total cuatro muelas que se encuentran en el fondo de la boca. Estas son los últimos dientes en aparecer y desarrollarse y suelen ser diferentes en su conformación que los otros molares, pues pueden presentar más o menos raíces que los otros dientes y una alineación diferente.
Actualmente, estas muelas no cumplen una función específica, sino que provienen de las necesidades de nuestros antepasados. Hace miles de años, las muelas del juicio podían resultar útiles para la difícil trituración de los alimentos, sin embargo, el hombre moderno ha evolucionado y hoy en día su función en el cuerpo humano es irrelevante.
No obstante, en algunos casos estas pueden ser útiles y se recomienda no extraerlas. Por ejemplo en casos en los que el paciente haya perdido alguno de sus molares vecinos.
Las muelas del juicio suelen aparecer entre los 17 y los 20 años y el motivo por el que causan dolor en muchas ocasiones es por la presión que ejercen en los otros molares, generando así una inflamación en la zona.
Al encontrarse en el fondo de la boca, las muelas del juicio pueden dar muchos problemas ya que el lugar es muy difícil de limpiar, algo que puede favorecer la proliferación de bacterias e infecciones y, como consecuencia, una inflamación del tejido y, asimismo, provocar la aparición de caries y dolor.
Además, cuando las muelas del juicio no han erupcionado bien pueden dar lugar a muchos problemas en tu boca, incluso afectando a las piezas dentales más cercanas.
Estas también se deben extraer cuando condicionan la posición de los demás dientes ya que las muelas del juicio en muchas ocasiones nacen torcidas.
Una muela del juicio mal posicionada puede además llegar a causar necrosis de la pulpa en las piezas más cercanas.
Primeramente, como en cualquier tipo de intervención de este tipo, lo que debes hacer es consultar con tu dentista, quien hará una radiografía panorámica de tu boca y explorará tu caso con detalle.
No obstante, la intervención en sí misma la llevará a cabo un cirujano profesional con anestesia local. En algunos casos se procede a la sedación completa, por ejemplo cuando el paciente está muy ansioso y estresado.
Posteriormente, una vez que la anestesia ha hecho efecto, el cirujano procederá a ampliar el alvéolo (área donde se encuentra la muela) para luego empezar a mover la muela de un lado a otro hasta que se encuentre lo suficientemente floja para extraerla.
En algunas ocasiones, la muela puede resultar difícil de extraer, siendo necesario realizar una incisión en la encía para partirla en varios trozos.
Una vez terminada la extracción de la muela, el profesional realiza una sutura que puede realizarse con puntos. Estos pueden ser reabsorbibles, los cuales terminan cayendo solos con el tiempo, o bien puntos convencionales, que requieren de un especialista que los retire pasados unos 7 o 10 días después de la intervención.
Después de la extracción de las muelas del juicio es normal sentir molestia en la zona, sobre todo durante las primeras 24 horas. Tu cirujano te podrá recetar antiinflamatorios o analgésicos para hacer más llevadero el dolor.
Sin embargo, es conveniente que durante estas 24 horas posteriores a la operación no escupas, te enjuagues la boca o te laves los dientes, ya que estas acciones pueden impedir que la herida cicatrice correctamente.
La operación de extracción de muelas del juicio puede resultar molesta, y es normal sufrir ansiedad y nerviosismo antes de realizarla. No obstante, si confías tu caso a un especialista, este hará que la intervención resulte mucho más llevadera y agradable.