El mal aliento o halitosis es una consecuencia de la producción de gases por bacterias tras la metabolización de los alimentos que quedan depositados en la boca. Las personas poseemos más de 600 tipos de bacterias en nuestra cavidad oral y muchas de ellas son las responsables de la producción de estos gases con hedor, debido a la metabolización de materiales orgánicos.
Más del 80% de los casos de halitosis se originan en la propia boca y son provocados por la acción de la flora bacteriana natural en nuestra boca sobre los alimentos ingeridos.
Como es previsible, cuanto menor sea tu higiene bucal, más bacterias existirán y más alimentos permanecerán en la cavidad bucal, provocando el tan odiado mal aliento. Además, una mala higiene también puede contribuir a la generación de inflamaciones como la gingivitis y la periodontitis, que también favorecen la aparición de la halitosis.
Una de las causas más comunes del mal aliento es la saburra lingual o lengua saburrosa. Esta alteración se manifiesta como una capa blanquecina la cual está compuesta de bacterias y células escamosas que se adhieren a la lengua.
La saburra suele aparecer por falta de hidratación en la cavidad oral, algo que puede ser causa de una falta de salivación o por un deficiente cepillado de la lengua.
Además, esta es posible que se manifieste también en personas que acostumbran a dormir con la boca abierta, o personas que utilizan ortodoncia o frenillos, así como antisépticos bucales a base de alcohol.
Otra de las causas del mal aliento puede ser la amigdalitis, pues en muchas ocasiones la halitosis se produce en las amígdalas. Un mal aliento puede ser en muchos casos un preaviso de la formación de amigdalitis, algo que suele ser muy común especialmente en los niños.
Asimismo, también la sinusitis podría ser causa de mal aliento, ya que la nariz en muchos casos es causante de halitosis. La existencia de goteo postnasal puede llevar a la acumulación de sustancias malolientes en la base de la lengua.
Finalmente, nuestros hábitos contribuyen en buena manera a la formación del mal aliento o halitosis, como puede ser en el caso de consumo frecuente de tabaco, alcohol y café. Existen también algunos alimentos, como la cebolla o el ajo, que son causa directa del mal aliento, pero en este caso se trata de algo muy puntual y concreto.
Hay diferentes formas de tratar el mal aliento, en función de cuál sea la causa que lo produzca.
En todo caso, es importante siempre mantener una buena higiene bucal, cepillar la lengua y beber suficiente agua para mantener la boca hidratada. Esto contribuirá a disminuir la incidencia de la suburra y, consecuentemente, del mal aliento.
Puedes también utilizar antisépticos orales para hacer gárgaras por la noche antes de acostarte, o bien utilizarlos en el cepillado en lugar de la pasta de dientes.
Asimismo, reducir el consumo de tabaco, café y alcohol, así como de ciertos alimentos, puede ayudarte a reducir el mal aliento. Ingerir mucho líquido también ayuda a la hidratación de tu boca y evitar el resecamiento de esta.
Además, masticar chicles, por ejemplo, contribuye a la producción de saliva y, por lo tanto, también a “limpiar” la boca.
Sin embargo, será tu dentista quien te diga cuál es la causa principal del mal aliento en tu caso y cuál es la mejor forma de tratarlo. Puede ser que el mal aliento se deba a tus hábitos de consumo o alimenticios, pero también puede ser que sea consecuencia de alguna alteración en tu salud.