El bruxismo en niños es mucho más común de lo que creemos. De hecho, un 80% de los niños lo sufren. Seguro que alguna vez has oído hablar del bruxismo o de cómo rechinar los dientes puede llegar a dañarlos. Existen distintos tipos de esta patología y, en el caso de los niños, al hacer el cambio de dientes de leche a la dentadura final, suele desaparecer. Si en repetidas ocasiones has oído a tu hijo rechinar los dientes de manera involuntaria, es importante que acudas a la consulta del dentista para ponerle una solución.
En el artículo de hoy queremos explicar qué es el bruxismo infantil, sus causas y qué hacer si los niños chirrían los dientes durmiendo.
El bruxismo es la contracción repetitiva y violenta de los músculos de masticación, sin propósitos funcionales que acarrean el rechinamiento de los dientes y, como consecuencia, su desgaste. Estos movimientos realizados por la mandíbula se pueden dar durante el día y/o la noche de forma voluntaria o involuntaria, dependerá de cada caso. Este trastorno suele conllevar además del desgaste de las piezas dentales, dolores de cabeza, de cuello, de oído y mandibulares.
El bruxismo en niños aparece entre los seis y los diez años y coincide con la caída de los dientes de leche y la salida de los dientes definitivos. El niño aprieta los dientes especialmente durante la noche, como manera natural de estimular la dentición, favoreciendo así la formación ósea y muscular de la cara. Este hábito tiene que ir desapareciendo paulatinamente con la aparición de los dientes definitivos. En caso de que el hábito no desaparezca, será imprescindible acudir al dentista para ver qué está causando el bruxismo y ver cómo solucionarlo.
Hay varias causas del bruxismo infantil que las podemos dividir, principalmente, en 2 grupos: causas psicológicas y causas físicas.
Las causas psicológicas para el bruxismo en niños son las que tienen que ver con aquellos trastornos o alteraciones que puedan generar tensión emocional o estrés en los niños. La ansiedad, por ejemplo, es uno de los mayores causantes del bruxismo. Asimismo, también nos encontramos con situaciones de estrés que lo puedan causar, como una separación o divorcio de los padres, una mudanza, el nacimiento de un hermano, la muerte de un familiar, bullying, situaciones complicadas en el colegio, entre otros.
Además, también afecta a los niños que tienen hiperactividad, durante la noche su nivel de actividad no baja y aprietan y rechinan los dientes.
Las causas físicas pueden ser dolores de cabeza, dolor de oídos, la aparición de nuevos dientes o, como hemos comentado, la caída de los dientes de leche, una mala posición de los dientes, etc. También en este apartado nos encontramos con las causas odontológicas, que incluyen maloclusiones y restauraciones defectuosas, entre otras.
En caso de que el pequeño sufra de parásitos intestinales, es posible que también pueda sufrir bruxismo, ya que la incomodidad que éstos provocan durante la noche se traduce en estrés e intranquilidad en el niño. En este caso, sería un hábito transitorio.
El ortodoncista o el odontopediatra serán los que valoren si hay que tratar al niño o no. Por ejemplo si hay síntomas fuertes como desgaste excesivo o dolor en la mandíbula, cabeza, cuello y oídos. El tratamiento, como siempre decimos, dependerá de cada caso. En el caso de que exista bruxismo infantil durante el cambio de dientes de leche a dientes permanentes, no pasa nada siempre y cuando el bruxismo vaya desapareciendo a medida que van apareciendo todos los dientes.
Hay que estar pendientes de que no haya excesivo desgaste dental y de que, efectivamente, desaparece al tener todos los dientes definitivos. Si el niño es muy pequeño, se le puede colocar una especie de placa de plástico que recubre los dientes superiores para que no se desgasten en caso de los apriete o rechine. Estas férulas reducen la carga en la articulación temporomandibular.
Si el bruxismo no desaparece hay que ver de dónde sale. Si es por causas psicológicas, además de utilizar una férula de descarga, habría que llevar al niño a un psicólogo infantil para que se pueda encontrar el origen e ir viendo su evolución. En caso de que el bruxismo se deba a una mala mordida, será necesario realizar un tratamiento de ortodoncia. Aquí te dejamos también un artículo en el que hablamos sobre la edad recomendada para ponerse brackets.
Sin embargo, en algunas ocasiones, como hemos visto, se produce bruxismo de forma espontánea y momentánea, por lo que no hay que hacer nada ya que desaparece por sí mismo. Por eso siempre es importante estar pendientes y hacer un seguimiento, además de llevar a los más pequeños a la consulta del dentista de manera regular.
En algunos casos de bruxismo infantil, además del riesgo de lesión en los dientes también existe una posible afección muscular debido a la presión ejercida con los dientes. El desgaste de la musculatura de la mandíbula provocará mareos, molestias, dolor de cabeza, de mandíbula o de oídos, entre otros. En estos casos, será necesario acudir también al fisioterapeuta para que éste pueda aliviar la presión muscular en la mandíbula.
La fisioterapia ATM consiste en trabajar la articulación temporomandibular, los músculos y articulaciones de la mandíbula. En los casos en los que el paciente necesita atención de un fisioterapeuta, la función de éste es igual de importante que la del dentista. Las técnicas miofasciales, articulares y ejercicios activos y por cadenas musculares junto con actividades específicas para relajar los músculos de la mandíbula harán que disminuya al máximo esta tensión y que no se acumule en forma de contracción involuntaria después.
En Clínica Dental de Terrassa ponemos a tu disposición a nuestro equipo de ortodoncistas profesionales para que revisen el caso de tu hijo o hija. Haremos una primera revisión gratuita y a partir de ahí sacaremos conclusiones sobre cuál es el estado de salud bucal de tu hijo para diagnosticar un tratamiento en caso de ser necesario. Eso sí, sin ningún tipo de compromiso. ¡Ponte en contacto con nosotros!