¿Sabías que tu salud bucal va directamente ligada a tu alimentación? Llevar una dieta equilibrada y rica en todos sus nutrientes te puede ayudar a evitar la proliferación de caries y otras patologías periodontales.
Una buena nutrición permite mantener unos dientes sanos y fuertes, resistentes al ataque de las bacterias. Esta ayuda también a mantener tus encías saludables y sin dolencias. Una dentadura en buen estado te ayuda a masticar bien los alimentos, algo muy importante, pues que este es el primer paso de tu digestión.
El tipo de alimento que consumas, así como el momento en el que lo hagas y la posterior higiene que realices también influirá en esta aparición de enfermedades bucodentales.
Existen algunos alimentos que favorecen la producción de saliva, algo muy importante para la eliminación de bacterias en la cavidad oral. Este es el caso de las frutas y hortalizas, así como los lácteos y frutos secos.
Sin embargo, existen ciertos nutrientes y vitaminas que resultan fundamentales para la preservación de tu salud dental. Estos son el flúor, pues que protege los dientes; el calcio y la vitamina D, que ayudan en el periodo de formación de los dientes; la vitamina B2, que te protege de una posible descamación de la mucosa de la cavidad oral, la lengua o los labios, así como te protege de úlceras y aftas; y, finalmente, las vitaminas C y K, las cuales te ayudan a proteger tus encías.
Asimismo, es recomendable limitar el número de veces que picas entre comidas, o bien sustituir estos snacks por comidas nutritivas como queso, vegetales crudos, yogurt (preferiblemente sin azúcar) o fruta.
Es también importante beber mucha agua y seguir una rutina de higiene adecuada con tal de mantener tu boca y dientes limpios y sanos.
Los alimentos ricos en carbohidratos, azúcares y almidones contribuyen a la producción de ácidos de la placa que atacan el esmalte dental. Esto puede provocar que este se rompa, promoviendo la formación de caries.
Se recomienda consumir alimentos altos en azúcar o calorías durante las comidas, en lugar de entre las comidas, así como evitar que estos se peguen en los dientes, manteniendo una buena higiene antes y después de ingerirlos.
Asimismo, para ayudar a controlar la cantidad de azúcar que consumes, te puedes guiar por las etiquetas de los alimentos. Normalmente los azúcares agregados se encuentran presentes en refrescos, dulces, galletas y pasteles.
De la misma manera, los alimentos de consistencia blanda o demasiado adhesivos deben evitarse pues estos pueden quedarse entre tus dientes y afectar a la estructura dentaria.
También los alimentos que contienen un pH ácido pueden provocar la erosión del esmalte y favorecer a la larga la aparición de hipersensibilidad dental.
Los refrescos o bebidas azucaradas, por su parte, contienen un porcentaje muy elevado de azúcares refinados que pueden provocar la aparición de caries.
En definitiva, la clave reside en mantener una dieta lo más equilibrada posible, así como una rutina de higiene bucodental diaria. Tras cada comida es importante eliminar los restos de alimentos, para ello conviene realizar una buena limpieza bucodental, basada en un cepillado, pero también en el uso del enjuague bucal e hilo dental.
Además, evitar el hábito de picar entre horas, puede ayudarte a proteger tus dientes de la formación de sarro y la acumulación de placa bacteriana en la cavidad oral. Es, por ello, importante establecer una rutina clara de alimentación diaria.
Finalmente, recomendamos siempre acudir con regularidad a la consulta de tu dentista para realizar un control de tu salud bucodental así como someterte regularmente a una limpieza dental profesional.
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